7. Edad Adulta Intermedia (De los 40 a los 65 años)

7.1  La personalidad a lo largo de la madurez

Durante la madurez, la principal fuente de continuidad evolutiva es la estabilidad de la personalidad. Los rasgos de nuestra personalidad nos llevan a buscar, a interpretar y después a reaccionar frente a los acontecimientos de la vida de maneras que nos son claramente propias.
           
         7.2  Cambios propios del desarrollo

El entorno sigue desempeñando un papel importante en la personalidad. Los adultos seleccionan un nicho ecológico que refuerza su temperamento básico, pero los cambios importantes en ese nicho pueden producir cambios en la personalidad, esas trasformaciones ocurren cuando las circunstancias de la vida cambian de modo significativo (muerte del conyugue, nueva profesión, liberarse de una adicción, etc.).

         7.3  El deterioro de los sistemas sensoriales

El oído: En la pérdida de capacidad auditiva que presentan los adultos participan tres factores biológicos: el sexo, los genes y la edad. Las mujeres empiezan a mostrar algunas deficiencias auditivas sobre los 50 años, mientras que los hombres, lo hacen hacia los 30 y pierden la audición el doble de rápido. La exposición prolongada al ruido es otro factor que contribuye a la pérdida de audición con el paso del tiempo.
La vista: La capacidad para enfocar objetos a diferentes distancias, varía más de una persona a otra durante la madurez que las variaciones que se presentan en la capacidad auditiva. Otros aspectos de la vista, entre los que se incluyen la percepción de profundidad, la elasticidad del músculo ocular, la sensibilidad al color y la adaptación a la oscuridad, disminuyen de forma constante con la edad y dicha disminución suele ser apreciable hacia los 50 años.

         7.4  Los cambios en los sistemas vitales del cuerpo

Los deterioros sistémicos siguen reduciendo la eficacia y la reserva orgánica subyacente de los pulmones, el corazón, el aparato digestivo y otros, de modo que las personas son cada vez más vulnerables a padecer enfermedades. También es visible el deterioro en el sistema inmunológico. Pueden presentarse enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o el lupus, que se presentan con mayor frecuencia en la madurez.

         7.5  El ejercicio físico

La actividad, incluso la actividad moderada, reduce el riesgo de padecer enfermedades graves y de morir. Basta con pasear a paso ligero durante veinte minutos tres días a la semana. Los ejercicios moderados como lavar el coche, empujar un carrito, recoger hojas secas y actividades por el estilo benefician al cuerpo de muchas maneras.